30 sept 2010

¿ÉXITO O NORMALIDAD?

Tanto tiempo escuchando hablar sobre la GRAN HUELGA y tanta expectación creada al respecto para que al final todo quedara en otra huelga más.
Y aún a estas alturas, un día después de la dichosa huelga, sigo sin tener del todo claro que pretendían conseguir los sindicatos movilizando al populacho.

Echando un vistazo a los telediarios y a ciertos programas que ridiculizan estos temas, lo único que me ha quedado claro es que la mayoría de las personas que apoyaron esta huelga no saben de que trata la reforma laboral ni que medidas se van a llevar a cabo tras su implantación.

Pero bien, atendiendo a los distintos comunicados y llamamientos realizados por UGT y CCOO, al menos nos hacemos una idea de qué es lo que reclaman los sindicatos. Dichos grupos se quejan de la precaria situación laboral en la que se encuentran los trabajadores, con unos salarios cada vez más bajos y pudiendo ser despedidos más fácilmente. Además, la reforma laboral trae consigo una reducción de la inversión del gasto público y la congelación de las pensiones, al mismo tiempo que debilita la negociación colectiva de las condiciones de trabajo y otorga el poder de decisión a las empresas.

En general, lo que UGT y CCOO afirman es que esta reforma laboral incorpora nuevos atropellos a los derechos de los trabajadores. Por ese motivo han querido salir a la calle, para que se les vea y se escuchen sus protestas. En mi opinión, está bien que esto se haga siempre que se sepa porque se está luchando, pero cuando la gran mayoría no sabe ni porque se ha convocado la huelga, me parece una incoherencia que se suban al carro de la “revolución”.

En fin, después de todo, mi concepción de lo que conlleva la reforma laboral y de cuál ha sido el resultado de esta huelga sigue estando un poco nublada. Para los sindicatos, la huelga ha sido todo un éxito, para el gobierno, el día x transcurrió con total normalidad. ¿Qué debemos creer? No sé, llegados a este punto ni siquiera sé en que medida va a afectarme a mí esta reforma.



24 sept 2010

Práctica 1. Crisis, crisis, crisis.

Si bien es sabido por todos que la situación en la que se encuentra el mercado laboral a día de hoy no es demasiado alentadora, después de leer los distintos artículos he de reconocer que lo primero que se me viene a la cabeza es ¿qué hago estudiando una carrera en la que cientos de alumnos se licencian cada año y tan sólo una pequeña minoría logra encontrar trabajo?

Y cuando digo que sólo unos pocos encuentran trabajo me refiero a un trabajo relacionado con lo que han estudiado, ya que si dedicamos cuatro, cinco o innumerables años de nuestra vida a formarnos no lo hacemos por amor al arte (o en este caso amor al estudio), sino porque al acabar esperamos alcanzar un buen puesto de trabajo, a ser posible que esté relacionado con lo que hemos estudiado.

Si al ya de por sí inestable panorama le sumamos que en las profesiones relacionadas con el ámbito de la comunicación es donde se suele dar un mayor intrusismo laboral, el futuro no pinta demasiado prometedor. Porque si además de estar llevándose a cabo recortes de personal y presupuesto en casi la totalidad de los medios, se contrata a gente no cualificada o a becarios “todoterreno” a los que exprimen a cambio de sueldos míseros, las personas que realmente están preparadas para esos puestos no tienen ninguna oportunidad.

Pero todo esto suena demasiado pesimista y desalentador. En el fondo mantengo la esperanza de que para cuando acabe mis estudios la situación habrá mejorado, aunque sea mínimamente. Mientras tanto, una servidora seguirá estudiando y, a poder ser, cuando acabe Publicidad me gustaría hacer Periodismo, aunque parezca una opción suicida después de haber leído como se presenta el panorama para los del gremio… porque de ilusión también se vive…